ACTIVIDAD 5. ¿POR QUÉ ME VIGILAN SI NO SOY NADIE? 2. HUELLA DIGITAL
Reflexión Grupal
1.¿POR QUÉ ME VIGILAN SI NO SOY NADIE?
En nuestro día a día no somos conscientes de toda la vigilancia que supone tener diferentes dispositivos electrónicos en nuestras manos, tampoco de todas las búsquedas que hacemos en ellas, desde buscar un sitio donde comer hasta qué ropa queremos comprar.
Si bien para las compañías que se dedican al control y vigilancia de datos no somos nada, pueden hacer un uso inadecuado, aprovechándose y beneficiándose de ellos, incitandonos a consumir. No sería la primera ni la última vez que estamos navegando en cualquier aplicación, Instagram por ejemplo, y que nos salgan anuncios o fotos publicitarias relacionadas a nuestras búsquedas más frecuentes, nuestros intereses o sobre lo que hemos estado hablando. ¿A quién no le ha pasado estar una tarde con los amigos hablando sobre un tema y que después te haya saltado una notificación relacionada con eso? Eso ocurre porque inconscientemente desde el momento que tenemos al lado un dispositivo móvil, estamos controlados, ya que, tienen activados los micrófonos, GPS y demás.
Por otro lado, en cuanto entramos en una página web nos obligan a aceptar las cookies o la política de privacidad de la misma, ya que saben que no vamos a leer la información o que no la vamos a entender. La mayoría de las veces las aceptamos sin saber lo que estamos aceptando ni los riesgos que supone aceptar eso.
Por último, creemos que es necesario tener mucha precaución y leer atentamente o que nos informen sobre los riesgos de este mundo digital para poder hacer un uso adecuado de este en nuestro futuro como profesoras.
La huella digital se define como el conjunto de actividades digitales que un usuario lleva a cabo en internet y que además son rastreables. Es información que se recoge de forma pasiva (mediante ‘cookies’ en las páginas web que navegamos) y activa (la publicación de un ‘post’ en una red social). Se almacena en servidores, emplazados generalmente en grandes centros de datos. En cambio, la huella de carbono, hace referencia a la totalidad de gases de efecto invernadero emitidos por un individuo, organización, evento o producto.
En el siglo XXI, en consecuencia del uso de las tecnologías, se ha generado una huella colectiva de carbono, ya que, los dispositivos utilizados para llevar ciertas búsquedas y acciones tecnológicas a cabo y el uso de las redes requieren energía y, por lo tanto, contribuyen a la emisión de dióxido de carbono. Por ejemplo, se calcula que ya un 2-4% de los gases contaminantes provienen del entorno de las TIC; además, sabemos que la plataforma que más contamina es el Google Chrome.
No obstante, para los usuarios existen posibilidades para reducir el impacto sobre el medio ambiente, como reducir la resolución de los vídeos, desactivar la reproducción automática de videos o preferir el wifi a las redes móviles. Aparte de ello, existen otras soluciones como: dar de baja de newsletter, usar Ecosia en lugar de Google, pasar a empresas de hosting verde y utilizar Internet con sentido común.
Tanto la huella digital como la huella de carbono son aspectos que nos han hecho reflexionar. Para empezar, no éramos conscientes de la contaminación que causaba cada búsqueda o cada acción que realizamos en internet. Además, al no tener unas consecuencias directas e inmediatas en nosotras, seguimos usando las TIC como si no se contaminaran. Así ocurre también con la huella digital, que, hasta que no haya un problema real que afecte directamente a la persona, seguimos dejando libremente nuestros datos privados, creando así nuestra propia huella digital.
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